>

Amados hermanos y hermanas Yabucoeños

Amados hermanos y hermanas Yabucoeños:

 

Después de trece años y cuatro meses de ministerio pastoral entre ustedes, he crecido y aprendido no solo a amarlos más sino a ser más dócil a lo que el Espíritu Santo nos va moviendo a realizar allí donde Dios nos coloca. Al pensar en ustedes, me viene a la mente uno de los pasajes bíblicos que, de manera muy espiritual, seleccione para mi ordenación Sacerdotal pero hoy, de manera muy tangible, cobra un sentido especial en cada uno de sus rostros: “Grábame como un sello en tu brazo, grábame como un sello en tu corazón, que el amor es fuerte como la muerte” (Cant. 8,6).

 

Así han sido estos años de pastoral, repletos de un amor intenso que entre experiencias de todos tipos hemos avanzado mutuamente en el mayor conocimiento de Dios, de Su belleza, de Su verdad. Hemos reído y llorado juntos, hemos compartido la abundancia y la escasez, hemos servido de innumerables maneras en nuestro pueblo y fuera del mismo. Las historias empiezan y no acaban porque, aunque haya habido momentos alegras y amargos, agradezco a Dios por todo eso que nos hace humanos y nos recuerda que estamos vivos. Podemos reñir, tener diferencias, crear y participar de pequeños y grandes proyectos, pero al final lo más bello es terminar reconciliados en el amor de Cristo que nos hace más libre para amar más y mejor.

 

Extendiendo un profundo agradecimiento a todos, en especial, a los que me corrigieron, a los que me perdonaron, a los que fueron honesto, a los que abrieron su corazón a nuevas experiencias, a los que aceptaron el reto de nuevos proyectos, a los que han caminado adelante a pesar de los cansancios y a veces los miles de razones para no hacerlo. En verdad, ustedes son un pueblo que acoge a sus pastores con amor pero que les exige un ministerio de entrega y profundidad. Pido perdón por mis faltas de personalidad o por aquello que pude hacer mejor y no lo hice. Solo asegurando que puse toda mi vida en la entrega de llevar adelante el proyecto de Evangelización a mi otorgado con ahínco y dedicación.

 

Confió en que el nuevo equipo pastoral y ministerial continuará la obra buena que nos ha sido delegada de generación en generación. Lanzándose a una etapa de mayor madurez espiritual y pastoral. Yo me llevo la riqueza invaluable como persona y ministro que solo Dios puede conocer ya que conocer con el corazón de un sacerdote es un misterio: simple y complejo, preciado y desconocido por muchos. Así los llevare siempre en mi corazón y continuaremos en el camino que Dios nos traza para lograr la santidad y ganar la salvación.

 

¡Animo, mis queridos, y continúen con esperanza la hermosa obra que Dios les ha concebido!

 

Padre Miguel de Ángel Ramírez

© 2008-2018 Parroquia Santos Ángeles Custodios • Yabucoa, PR
Todos los derechos reservados.

Please publish modules in offcanvas position.