A la fiesta de hoy se le llama fiesta del encuentro… Jesús es la novedad y el cumplimiento. Él se nos presenta como la perenne sorpresa de Dios, en este Niño nacido para todos se encuentra el pasado, hecho de la memoria y de promesa, y el futuro, lleno de esperanza. En este podemos ver el inicio de la vida consagrada. Los consagrados y las consagradas están llamados sobre todo a ser hombres y mujeres del encuentro. De hecho, la vocación no está motivada por el proyecto nuestro pensado “con cálculo”, sino por una gracia del Señor que nos alcanza, a través de un encuentro que cambia la vida. Quien encuentra verdaderamente a Jesús no puede quedarse igual que antes, Él es la novedad que hace todas cosas. Quien vive este encuentro se convierte en testigo y hace posible el encuentro para los demás; y también se hace promotor de la cultura del encuentro, evitando la autorreferencialidad que nos hace permanecer encerrados en nosotros mismos.

02-02-2016